Madrid llevará a los juzgados por falsedad a quienes mientan sobre sus movimientos en la calle
Un agente de la Policía Municipal multa a una mujer por un viaje no justificado.Jesús Hellín / Europa Press (Europa Press)
La impunidad de las mentiras sobre los destinos que describen algunos conductores y peatones cuando la policía les pregunta a dónde se dirigen puede tener los días contados. La Policía Municipal de Madrid empezará previsiblemente en los próximos días a pedir “una declaración jurada” de responsabilidad sobre su destino a quienes sorprenda en la calle. Y en ese momento elaborará un atestado en el que el afectado debe hace constar de forma fehacientemente su destino mediante una declaración documentada. Muchas veces resulta imposible a los agentes cotejar en ese instante si lo que manifiesta el conductor o el peatón es cierto y se ajusta (o no) a las exenciones de movilidad que establece el Gobierno en el decreto del estado de alarma dictado hace siete días. Ante la duda, los agentes le permitirán continuar su marcha, pero cotejarán a posteriori si su testimonio era verdadero o falso.
Las sanciones por incumplir las restricciones de movilidad impuestas en el marco del estado de alarma oscilan entre los 100 y los 600.000 euros, si bien, merced a esta pretensión del consistorio madrileño, determinadas conductas pueden acabar, además, ante el juez por un delito de falsedad, al margen de la multa por desobediencia que tipifica la Ley de Seguridad Ciudadana. Es decir, en los casos sospechosos y cuando sea posible, los agentes indagarán la veracidad de la declaración jurada y, en función de su gravedad y de si hay reincidencia, pueden adoptarse medidas de índole penal que incluyen hasta penas de cárcel. Así lo indican fuentes del Ayuntamiento de Madrid que ya están aleccionando a los agentes sobre cómo abordar este asunto en cuanto se detenga en la calle a un conductor o a un peatón y sus respuestas sobre su destino susciten dudas.
En los primeros días de cuarentena los agentes han detectado numerosos casos de personas que mienten sin rubor cuando aseguran que van a un determinado sitio, por ejemplo a comprar o a ver a un familiar mayor inexistente alegando que están en situación de riesgo. “En muchas ocasiones resulta imposible sobre la marcha hacer la comprobación, pero con esta medida dispondremos de su declaración jurada cuya veracidad o mendacidad, aunque nos lleve un tiempo, podremos cotejar”.
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