Ruanda ordena aislamiento y otros países africanos se preparan como pueden ante el coronavirus

El director general de la OMS, Tedros Adhanom, ya avisó hace unos días: en África podría formarse la tormenta perfecta: pobreza extendida, grandes deficiencias en servicios sanitarios y en su acceso y gran volumen de población. “Tenemos que prepararnos para lo peor en África. Sabemos cómo se acelera el virús en un momento dado. Mi consejo para África es que se preparen para lo peor, y debemos hacer todo lo que se pueda para cortar el problema de raiz. Creo que África, mi continente, debe despertar”, afirmó.
El pavor a las experiencias que se están viviendo en cientos de países, además de aquel ya bien conocido en el continente, vivido durante el ébola (muy cercano está el último enfermo curado en RDCongo, que se reportó hace apenas unas semanas) ha empezado a calar, poco a poco, entre los políticos y la población y la toma de medidas se empieza a apreciar, aunque sin orden ni concierto, en las decisiones políticas: cierre de fronteras, suspensión de vuelos internacionales, inicios de campañas, suministro de material de limpieza o mascarillas, aprovisionamiento de lavatorios portátiles… Hasta ayer, esto, además del cierre de escuelas y universides, la prohibición de rezos en mezquitas o la organización de eventos multitudinarios, eran la tónica. Pero anoche Paul Kagame, en Ruanda, decidió dar un paso adelante en África subsahariana.
Puntero en decisiones, pues, está siendo Ruanda: los ciudadanos allí deberán permanecer desde hoy en aislamiento, con los movimientos limitados a tareas esenciales como comprar comida, lo que convierte al Ejecutivo de Paul Kagame en el primero en ordenar restricciones de este tipo en África subsahariana pese a tener solo 17 casos de COVID-19, informa EFE.
“Los movimientos innecesarios y las visitas fuera del hogar no están permitidos, excepto para servicios esenciales como la atención sanitaria, la compra de comida y la banca, y para el personal que ejecuta esos servicios”, señaló el Gobierno ruandés en una orden difundida a última hora de ayer, cuya implementación comenzaba a medianoche. Las restricciones estarán vigentes por “un periodo inicial” de dos semanas, a fin de evitar una mayor expansión del nuevo coronavirus.
Mientras dure el aislamiento obligatorio, los restaurantes solo abrirán para pedidos a domicilio y los bares, así como cualquier comercio que preste servicios no esenciales, permanecerán cerrados. Los viajes entre ciudades estarán prohibidos y las fronteras estarán también cerradas.
La orden está firmada por el primer ministro ruandés, Édouard Ngirente, y se adopta a la vista de “las experiencias de otros países”, a pesar de que Ruanda ha registrado por el momento solo 17 casos de COVID-19.
Esta nación se convierte así en la primera de África subsahariana en ordenar medidas drásticas de este tipo, si bien la situación sanitaria de Ruanda está aún lejos de la de las naciones más golpeadas hasta ahora por la pandemia en la región: Sudáfrica (240 casos), Burkina Faso (64) y Senegal (56).
En general, las naciones subsaharianas han adoptado medidas duras, pero sin llegar a ordenar el confinamiento general, tales como la suspensión de las clases, la recomendación de limitar al máximo el contacto social y los desplazamientos, la cancelación de eventos con más de 100 personas o el cierre de fronteras (total o solo para los países considerados de riesgo).
Dentro de África, el norte es la parte más afectada por la pandemia, con Egipto a la cabeza en cuanto a número de casos (294). A nivel continental, le sigue Sudáfrica, donde los casos confirmados se han multiplicado por diez en apenas una semana. África sobrepasó este sábado los 1.000 casos confirmados, mientras que la cifra total de fallecimientos se sitúa en 34.
La pandemia, por el momento, está presente en 42 de los 54 países del continente, al que la OMS ha advertido de que debe “prepararse para lo peor”.
Eritrea, Uganda, Libia
Cada día se añaden nuevos casos, como el de hoy en Eritrea, informa Europa Press, donde un hombre de 39 años, residente permanente de Noruega que regresó a la capital del país, Asmara, el pasado 21 de marzo, se ha convertido en el primer contagio confirmado, según confirmó anoche el ministro de Información del país africano, Yemane Gebremeskel. El paciente exhibió síntomas del coronavirus durante el examen médico al que se sometió en el aeropuerto de la ciudad, antes de ser puesto en cuarentena.
Uganda, por su parte, ha anunciado que no atendera solicitudes de asilo ni acogerá refugiados durante un periodo de 30 días por temor a que el coronavirus se propague en el país, donde por ahora no se han confirmado casos.
Otro país noticia hoy es Libia, donde sin ningun caso conocido y ante un llamamiento de Naciones Unidas a un alto el fuego que permitiera detener los combates en la capital, Trípoli, y permitir una respuesta ante la pandemia de coronavirus, las fuerzas del este de Libia han aceptado hacer tregua por razones humanitarias ante el avance del coronavirus. El Ejército Nacional Libio (ELN), encabezado por el mariscal de campo Jalifa Haftar, ha considerado “positivos” los esfuerzos internacionales por restablecer la paz en el país, informa DPA/EP. “El ELN se compromete a cesar los combates siempre y cuando las otras parte también estén comprometidas, en el marco de un compromiso mutuo, y en vista de estas difíciles circunstancias por la propagación de la epidemia del coronavirus”, ha sostenido en un comunicado.