Cuarentena con Tina Brooks, por Fernando Trueba

Tina Brooks es uno de mis saxofonistas preferidos. Tuvo una carrera muy corta, cortísima, en el final de los cincuenta y principio de los sesenta. Como tantos otros, murió destruido por las drogas.
Tuvo su momento de gloria cuando participó en la obra de teatro de Jack Gelber The Connection (1960), que luego fue llevada al cine por Shirley Clarke, y es un clásico del cine independiente, del “de verdad”, americano. Brooks no participó en la película, luego no está en el soundtrack, pero la música de la obra ha sido también publicada y ahí sí está Tina, y en su mejor forma. Musical, al menos.
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Sólo grabó cuatro discos como líder, Back To the Tracks y True Blue los mejores. Y tuvo colaboraciones excelentes con el organista Jimmy Smith, Freddie Hubbard, Freddie Redd y Jackie McLean. The Sermon, de Smith, Open Sesame, de Hubbard, y Shades of Redd, de Redd, son los más destacados. Pero tengo debilidad por Street Singer, de McLean, que es en realidad un disco de los dos, y hermoso de principio a fin.