El Banco de España calcula que la economía caerá este año hasta un 13% y aleja la “recuperación en V”

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Pablo Monge

El Banco de España pone cifras a la crisis económica que ocasionará la pandemia. En un documento publicado este lunes calcula que la actividad en España ha hundido un 4,7% trimestral solo entre enero y marzo. En el conjunto del año prevé que se desplomará entre un 6,6% y un 13,6%. Y la mala noticia es que la recuperación que vislumbra para el ejercicio siguiente no será lo suficientemente fuerte como para compensar la caída de este.

Es decir, será incompleta y distará de dibujar un rebote perfecto hasta el mismo nivel en el que nos encontrábamos, lo que en la jerga se llama una recuperación en V. En el mejor de los casos, al cierre de 2021 todavía quedará más de un punto de PIB por recobrar. En el peor, todavía faltarían cuatro puntos. Y en el intermedio, unos tres.

Por dar una idea de las magnitudes, en los seis años de Gran Recesión, entre 2008 y 2013, se perdieron unos nueve puntos de PIB. En la crisis de 1993, un punto. Parece que el rebote en V que hasta hace poco pregonaba el Gobierno no será tal.

Y las cicatrices que dejará el coronavirus en forma de paro y deuda serán muy profundas. El desempleo se disparará hasta una horquilla entre el 18,3% y el 21,7%, sin contar los trabajadores afectados por ERTES -estos no se contabilizan en la Encuesta de Población Activa como parados porque siguen cotizando y podría también acabar más adelante engrosando las listas del desempleo-. El déficit público podría colocarse entre el 7% y el 11% del PIB. Y la deuda se situará entre el 110% y el 122% del PIB.

El Banco de Francia había pronosticado un desplome de su economía del 6% entre enero y marzo. Y el Banco de Italia, con dos semanas más de penitencia por el virus, había avanzado que el PIB transalpino cayó un 5% en el primer trimestre, una estimación menos severa que la francesa. Ahora el Banco de España prevé que retrocedió un 4,7% intertrimestral en el mismo periodo. En cualquier caso, los bancos centrales constatan con los indicadores que ya disponen que el derrumbe de la economía está siendo de unas dimensiones no conocidas desde la guerra.

El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos reconoce que hay una gran incertidumbre, por ejemplo con los periodos de restricciones o con las medidas que harán falta para prevenir nuevos focos de contagio, y que eso le obligará a ir revisando estos números.

El supervisor español recurre a dos enfoques para elaborar sus cálculos. Por un lado, hace una estimación sectorial en la que va rama por rama aplicando un recorte a la actividad según lo que están observando. Y lo hacen en función de tres escenarios. En el primero hay un confinamiento de solo ocho semanas y luego se produce una salida rápida de la actividad o “normalización casi completa”. Y bajo este supuesto, la economía caería un 6,6% en 2020. A fecha de hoy este escenario representa lo mejor que le podría pasar a la economía española.

En el segundo se da una reclusión de ocho semanas pero con una salida más gradual, en la que la normalización casi completa no ocurriría hasta el cuarto trimestre. En este caso se caería un 8,7%. Dado que cada vez parece más factible que algunas empresas no lograrán reabrir tras la pandemia, este supuesto cobra en principio más relevancia que el primero.

Y en la tercera hipótesis habría un confinamiento de doce semanas con una salida lenta y una normalización incompleta de la actividad a final de año, particularmente en la hostelería y el ocio. En este escenario el PIB se hundiría un 13,6% e implica que se extiende la crisis sanitaria y se complica la salida de las restricciones. Sea como fuere, la pérdida de renta y producción será “sin precedentes en la historia reciente”, subraya el Banco de España.

Y estos números no recogen qué pasaría si como consecuencia de este varapalo se reeditase una crisis soberana de deuda, en la que los mercados ponen en duda la solvencia del Estado como ocurrió en 2010. Aunque esta vez el BCE ya ha afirmado que pondrá toda la artillería para que esto no suceda.

Por otro lado, el Banco de España hace unas estimaciones según su modelo de predicciones trimestral. Y con los mismos tres escenarios llega a contracciones del 6,8%, del 9,5% y del 12,4%. Según explica el documento, en el primer caso se contempla que las medidas aprobadas evitan la pérdida duradera de trabajos y el cierre de empresas. En el segundo, una cierta proporción de empresas no consigue evitar que las dificultades de liquidez se conviertan en problemas de solvencia. Y en el tercero estos problemas alcanzan a una proporción mayor de compañías.

El organismo supervisor observa una caída drástica de la demanda externa de bienes y servicios españoles, en particular el turismo. Y advierte de que la pérdida de rentas de hogares y empresas “lleva a una reducción de su gasto corriente, paliada por las moratorias y avales que, no obstante, dan lugar a compromisos de pagos futuros y, por tanto, a una menor capacidad de acometer decisiones de consumo en inversión en el medio plazo”. Además, la incertidumbre puede provocar que se pospongan gastos, apunta.

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