“No se trata de ir al súper”: padres y expertos critican que no se pueda pasear con los niños

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El próximo 27 de abril los niños podrán salir a la calle, pero para hacer las tareas esenciales junto a sus padres. Esto quiere decir que los menores, hasta los 14 años, podrán acompañar a sus progenitores, pero solo con uno al mismo tiempo, al supermercado, al banco, o la farmacia. Así lo ha anunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Pero la iniciativa no ha gustado a todos. Son muchos los progenitores que han puesto el grito en el cielo, padres que esperaban que sus hijos pudieran salir a dar una vuelta, aunque fuera a la manzana, pero al aire libre.
Aunque la ministra ha incidido en que no se controlará el tiempo que estén los niños en la calle, son muchos los que sienten que sus hijos permanecerán encerrados ya que pasan de un sitio cerrado, una casa, a otro, por ejemplo, un supermercado.
El anuncio de Montero se ha dado a primera hora de la tarde. Y ya muchas voces solicitan que el Gobierno empatice y respete el derecho de los niños en la crisis del coronavirus. Porque creen que esto no ha ocurrido. Este es el caso de Heike Freire, psicóloga e impulsora de iniciativas que ponen en el centro de esta pandemia, “y no fuera” a los más pequeños de la casa.
Freire lanzó una campaña hace unas semanas en Change.org, que lleva ya más de 57.000 firmas, en la que solicita “que se reconozcan a los niños y niñas como ciudadanos de pleno derecho, con sus características especiales. Que su existencia y su singularidad se mencione en los textos de ley relativos a la crisis. Que se preste especial atención a sus necesidades vitales en la gestión del confinamiento, y que se estudien las posibilidades de ofrecerles a todas y todos, cualquiera que sea su procedencia social y su lugar de residencia, la posibilidad de estar al aire libre, recibir la luz del sol, moverse y jugar, de manera ordenada y sin poner en peligro la salud pública”.
Para Freire las medidas de este martes no cumplen estos requisitos. La experta deja claro que “el supermercado o la farmacia es el peor lugar donde ahora mismo puedes llevar a un niño. El Gobierno debe rectificar y disculparse”. Freire considera que la decisión del Gobierno de permitirles salir a la calle, pero únicamente para actividades como ir a la compra o a la farmacia “es un error que viene dado porque no han cambiado su perspectiva sobre la invisibilidad de la infancia en su respuesta a la pandemia”.
“No se trata de salir por salir, se trata de que los niños puedan hacerlo para satisfacer sus necesidades. Aquí lo que hay es un problema de fondo, y es que el Gobierno no ha tenido en ningún momento en cuenta los derechos y necesidades de los niños en todo esto. Lo que tienen que hacer las autoridades es reconocer su error, pedir disculpas y cambiar de rumbo. Tienen que revisar todo desde la base y, a partir ahora, tenerles en cuenta en cualquier medida que se vaya aprobando”, explica Heike en un comunicado.
A pesar de su descontento, Heike siempre ha dejado claro que no “pretenden llamar a la rebelión, o a saltarse el confinamiento, sino a la reflexión para gestionar esta crisis con una mirada empática y respetuosa hacia la infancia”.
Y Freire no está sola. Catherine L’Ecuyer, doctora en Educación y Psicología, ha querido dejar claro su posición: “Me acabo de enterar que los niños solo podrán acompañar a sus padres al ¿médico y al supermercado? Es mucho más arriesgado ir a un sitio en el que hay enfermos que ir a pasear en un bosque. Vamos de sorpresa en sorpresa, cada vez es más difícil tener fe en la lógica de las decisiones”.
Son muchos los padres que no salen de su asombro, ya que consideran que los supermercados son sitios donde existe una alta probabilidad de contagio. Por ejemplo, un usuario de Twitter que alega que “esos asesores a los que se les ha ocurrido como solución de alivio llevar a mis hijos al súper, farmacia y banco como una gran idea, dónde mayor probabilidad de contagio puede existir, es cómo dar la solución a sabiendas de que no era coherente y no la aceptaríamos por miedo”. U otra usuaria que esgrime: “Me puede explicar alguien cómo se controla a un niño de dos años en un supermercado que los pasillos parecen yincanas???Por favor, SERIEDAD”. Pero hay más, son muchos los que han querido dejar patente su rechazo en las redes sociales.
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