Hacienda corrige el dato de déficit público de España de 2019: lo eleva en 2.350 millones, hasta el 2,8% del PIB

Los números rojos acumulados por las Administraciones públicas en 2019 son aún mayores que los reflejados por el Gobierno. Eurostat ha corregido este miércoles el dato adelantado que el Gobierno proporcionó el pasado 31 de marzo, que situaba el déficit en el 2,6% al cierre del año pasado. La oficina estadística de la Unión Europea lo ha elevado en dos décimas, hasta el 2,8%. Aun así, el resultado de la instantánea final poco cambia: en 2019 el desfase entre ingresos y gastos aumentó por primera vez desde 2012, año en el que España pidió a Bruselas rescatar su sector financiero.
Hace tres semanas, el Gobierno informó de que el año pasado el déficit había aumentado en un 8% en comparación con 2018, escalando hasta los 32.882 millones de euros. Ahora la oficina estadística europea, que revisa los datos anuales, eleva el desfase hasta los 35.195 millones y aleja aún más al país de sus objetivos y de los compromisos adoptados con Bruselas.
España llevaba años apretándose el cinturón para reducir sus números rojos, que en 2012 llegaron a rozar el 11% del PIB, y salir del brazo correctivo en el que la UE la metió en 2009 por tener un déficit excesivo. En 2018 logró reducir el desfase del conjunto de las Administraciones por debajo del sacrosanto 3% fijado en el Pacto de Estabilidad y en 2019 pudo salir de la estricta supervisión de Bruselas —aunque sigue siendo un vigilado especial—, que sin embargo exigió un ajuste adicional del 0,65% del PIB.
El aumento del déficit a lo largo de 2019, según los datos de Eurostat de tres décimas en comparación con el 2,5% de un año antes —y no de una como adelantó el Gobierno—, se explica a la vez por un aumento del gasto por encima de los ingresos y por la imposibilidad de encontrar nuevo sustento para las arcas públicas.
El Gobierno aprobó el año pasado la subida del sueldo de los funcionarios, que ya estaba pactada entre los sindicatos y el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy, actualizó las pensiones y fue obligado por el Tribunal Supremo a devolver el IRPF de las prestaciones por maternidad y paternidad. La factura que derivó de estas actuaciones disparó el gasto, pero no encontró alivio en una subida de los ingresos. Pedro Sánchez todavía no ha logrado aprobar unos nuevos Presupuestos tras casi dos años al frente del Ejecutivo, y con ellos las nuevas figuras fiscales que tenía en mente y que, según estimaciones del mismo Gobierno, hubieran supuesto un balón de oxígeno de unos 6.000 millones adicionales. Tampoco la economía creció al ritmo esperado.
Ahora, en plena emergencia sanitaria, con la economía parada y el gasto disparado, el Gobierno ya ha dado por sentado que tampoco este año verán la luz unas nuevas cuentas públicas. Los Presupuestos diseñados en 2017 por el PP, con Cristóbal Montoro titular de Hacienda, siguen vigentes, así como la senda presupuestaria dibujada entonces y acordada con Bruselas. Estas metas, nada realistas según la ministra de la cartera, María Jesús Montero, comprometían a España a reducir su agujero hasta el 1,3% del PIB en 2019. El objetivo no se cumplió, pero tampoco se logró la meta que se había fijado el Gobierno, del 2%.
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