El ibérico atrapado en la dehesa por la crisis del virus

Imagen de una piara de cerdo ibérico en Cádiz.Imagen de una piara de cerdo ibérico en Cádiz.ASAJA CÁDIZ / Europa Press

Son la estrella de los productos gourmet por calidad y también por precio: el jamón ibérico y el lomo ibérico. Productos que suelen tener una gran salida en los bares y los restaurantes, y también a precios altos. Por eso el confinamiento y el parón de actividad decretados en esta actividad ha afectado seriamente a los productores de este porcino. Todo el sector, desde los ganaderos de la dehesa a base de bellota a los criadores de cerdos de cebo en las granjas, está reclamando medidas que les ayuden a superar la crisis y atajar una grave situación hoy. Un problema que amenaza con extenderse en el tiempo y colapsar la actividad a medio plazo en un mercado saturado por los excedentes.

El sector del porcino ibérico sacrifica anualmente unos 3,5 millones de cerdos. De estos, más de dos millones corresponden a animales cebados en granjas. A ellos hay que sumar los 732.000 animales de este año de la montanera y el resto animales de cebo de campo que se crían en libertad, pero sin la alimentación de bellota.

Según los datos manejados por el sector, algo más de la mitad de las ventas se llevan a cabo en el segmento de la restauración, con un peso importante procedente de la demanda que provoca el turismo. Esa media la superan con mucho algunos grupos como Cinco Jotas, BEHER o Joselito cuyas ventas en la restauración suponen el 90%, señala el presidente de la última empresa, José Gómez. Esa dependencia agrava su situación.

El hecho de que los sacrificios de los animales criados en las dehesas haya finalizado prácticamente con el inicio de la declaración del estado de alarma ha supuesto un respiro para los ganaderos. Pero eso no ha reducido sus temores sobre el futuro por la caída de la demanda.

Desde la interprofesional, su presidente Antonio Prieto, ganadero extremeño, reclama medidas para superar la actual situación de excedentes que ya ha hundido las cotizaciones. Quieren, además, evitar que el problema se agrave a medio plazo. También se pide el sacrificio de entre un 15% y un 20% de los animales jóvenes para su almacenamiento y evitar así sobreproducción.

Medios del sector señalan la venta de tostones de dehesa, animales pequeños, a cinco euros y animales de 50 kilos a menos de 100 euros. Los ganaderos dicen preferir desprenderse de los animales y no engordarlos ante el aumento de los precios de las materias primas, pero no hallan compradores.

En el caso del cerdo ibérico criado en granjas, la organización sectorial Anprogapor, que agrupa a los principales productores de este subsector, apunta que la situación es igualmente grave. Señalan que los ganaderos se están viendo obligados a mantener en las explotaciones animales con un exceso de peso. Esto supone una difícil salida al mercado, además de obtener jamones y paletas que el mercado en este momento no demanda.

Desde la Administración se considera que una salida puntual para el sector del ibérico, además del almacenamiento, sería la exportación. Esto implica replicar lo que está haciéndose con éxito en el porcino de capa blanca con China como principal destino. En medios del sector, esta salida no se descarta para las carnes. No obstante, tienen dudas sobre su aceptación, ya que se trata de carnes con más grasa de la que tiene el producto que se está exportando ahora al gigante asiático.

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