Improvisación

Casado visitó Mercamadrid y se vino arriba. Propuso que los trabajadores esenciales cobren el salario bruto y no paguen impuestos, ni ellos ni sus empresas, porque se están dejando la piel mientras los demás estamos en casa. ¿Casado no conoce a nadie que teletrabaje? ¿No sabe en qué situación están profesores, periodistas, asesores, programadores, muchos miles de personas que trabajan desde su casa, sin medios, sin horarios, sin conocimientos técnicos previos, sin expectativas de cobrar las horas extra y con su prole todo el día incordiando alrededor? ¿Es que no se están dejando la piel para sacar adelante a sus alumnos, a sus clientes, sus encargos o periódicos como este? Y si los esenciales no pagan impuestos, ¿quién va a cubrir su hueco, los que teletrabajan? El PP ha perdido el oremus. Álvarez de Toledo, que puso al Gobierno a escurrir por la manifestación del 8-M y por llegar tarde a todo, encabeza un manifiesto contra los riesgos totalitarios de los confinamientos prolongados. ¿En qué quedamos? Y hay más. Uno de los aspectos más relevantes de la crisis es el cambio de actitud por parte de la ciudadanía española hacia las fuerzas del orden. Y ahora, precisamente ahora, mientras en ámbitos progresistas el recelo va dejando paso a la complicidad, ella carga de frente contra un general de la Guardia Civil. ¿No ha pensado que, al denunciar las hipotéticas manipulaciones del Gobierno, está dando por supuesto que la Guardia Civil se deja manipular, comprar, corromper? Mientras los dudosos —como mínimo— informes y encuestas que Casado airea en el Congreso inundan nuestros móviles como por arte de magia, sus portavoces denuncian la censura que padecemos. ¿Alguien improvisa en España más que el PP? No lo creo.
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