Nuevo golpe al clan de traficantes de ‘El Tomate’

Antonio
Romero


El



Tomate,

uno
de
los
narcos
más
importantes
de
Sanlúcar
de
Barrameda
(Cádiz)
,
ha
sido
detenido

casi
ocho
meses
después
de
salir
de
prisión
preventiva
,
en
la
llamada
Operación
Sonatine,
que
investigaba
a
su
banda
por
blanqueo
de
capitales.
La
Guardia
Civil
de
Cádiz
ha
incautado
más
de
2,5
millones
de
euros
entre
sociedades
mercantiles,
bienes
inmuebles,
dinero
en
efectivo,
barcos
de
pesca,
cuentas
bloqueadas
y
vehículos
intervenidos.
Romero
y
nueve
de
sus
familiares
—entre
ellos
su
esposa
y
sus
dos
hermanas—
han
sido
puestos
a
disposición
del
Juzgado
de
Instrucción
número
1
de
Sanlúcar.

La
familia
es
lo
más
importante
para
El
Tomate.
Tanto,
que
había
creado
un
entramado
financiero
basado
en
la
confianza
casi
exclusivamente
hacia
los
miembros
de
su
círculo
familiar,
que
hacían
de
testaferros.
Estos
se
encargaban
de
mover
el
capital
y
las
propiedades
entre
ellos
en
función
de
la
vigencia
de
las
condenas
que
les
iban
imponiendo.
Un
claro
ejemplo
es
el
de
uno
de
sus
cuñados,
que
fue
condenado
a
una
pena
de
prisión
por
narcotráfico,
además
de
al
pago
de
7
millones
de
euros
en
concepto
de
multa.
Un
día
antes
de
ejecutarse
la
sentencia,
se
deshizo
de
la
titularidad
de
todos
los
bienes
a
su
nombre,
y
se
declaró
insolvente.
Lo
mismo
hicieron
la
esposa
y
la
hermana
de
El
Tomate.
Sin
embargo,
una
vez
extinguida
la
responsabilidad
penal
por
ese
delito,
pasó
de
ser
insolvente
a
comprar
en
efectivo
una
propiedad
por
valor
de
más
de
85.000
euros.

Durante
la
operación
se
han
realizado
siete
registros,
cinco
de
ellos
domiciliarios
y
simultáneos
en
Sanlúcar
de
Barrameda.

La
Guardia
Civil

ha
conseguido
incautar
tres
embarcaciones
pesqueras
de
arrastre,
171.550 euros
en
efectivo,
cuatro
turismos,
una
escopeta
y
abundante
documentación
contable.
Además,
también
se
han
bloqueado
18
inmuebles
y
diferentes
cuentas
bancarias
que
manejaban
los
miembros
de
la
organización.
El
valor
de
lo
intervenido
alcanza
2,52
millones
de
euros.

La
operación
que
ha
acabado
con
la
detención
del
líder
del
clan
y
varios
de
sus
familiares
se
inició
como
consecuencia
de
la
Operación
Candela.
En
esa
misión,
se
desarticuló
una
organización
criminal
dedicada
a
la
introducción
de
hachís
en
España
desde

Marruecos

mediante
el
uso
de
embarcaciones
nodrizas,
que
operaba
en
el
estuario
del
Guadalquivir.
El
cabecilla
no
era
otro
que
El
Tomate.
Se
le
arrestó
a
mediados
de
septiembre
de
2019
en
su
casa
de
la
zona
rural
Colonia
Monte
Algaida.
En
esa
operación
también
d

etuvieron
a
otros
35
miembros
de
la
banda
y
se
intervinieron
más
de
7.700
kilos
de
hachís.
Sin
embargo,
en
marzo
de
este
año
el
traficante
consiguió
su
libertad
tras
depositar
una
fianza
de
15.000
euros.
La
Audiencia
de
Cádiz
facilitó
su
salida
de
prisión
provisional
por
la
“demora”
en
la
práctica
de
pruebas
periciales
y
la
dilación
que
se
podía
producir
en
la
investigación
de
su
caso.

Según
las
investigaciones
de
los
agentes
del
Equipo
de
Blanqueo
de
Capitales
de
la
Comandancia
de
la
Guardia
Civil
de
Cádiz,
la
organización
liderada
por
El
Tomate
lleva
desde
enero
de
2013
blanqueando
el
capital
obtenido
mediante

el
tráfico
de
hachís

por
vía
marítima.

El
Tomate
era
respetado
en
los
submundos
del
hachís
de
Sanlúcar
como
un
empresario
fiable,
que
da
trabajo,
aunque
regatea
al
céntimo
sus
acuerdos.
El
narco
nunca
dejó
de
mover
droga
en
el
Guadalquivir,
a
la
sombra
de
los
ostentosos
traficantes
del
Campo
de
Gibraltar,
famosos
por
narrar
sus
juergas.
Romero,
al
contrario,
vivía
sin
grandes
estridencias,

sin
lujos
extravagantes
ni
ostentación
.
Así
es
como
este
sanluqueño
pasó
inadvertido
durante
años.
Ahora
se
enfrenta
a
la
acusación
de
un
delito
de
blanqueo
de
capitales
y
otro
de
pertenencia
a
organización
criminal.

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